EMOCIONES, ¿CÓMO INFLUYEN EN NUESTRO CUERPO?

Tenemos la suerte de vivir en una sociedad que está en contínuo cambio, en la que podemos escoger entre un mar de posibilidades y que nos mantiene en un estado de actividad constante. Sin embargo, llevar este ritmo tan activo también influye directamente sobre nuestras emociones y nuestro cuerpo.


Muchas veces vamos tan deprisa que no solemos ser conscientes de cómo se encuentra
nuestro cuerpo. Cuando la relación entre éste y el cerebro se ve alterada muchos sistemas de nuestro organismo pueden perder su equilibrio y producir algunos problemas físicos como inflamación del sistema digestivo, podemos aumentar o bajar mucho de peso, que nuestra tensión arterial se vea descompensada, dolores de cabeza etc.


Es posible que si experimentamos estos problemas tendamos a verlos como algo
puramente físico, sin embargo, podríamos estar poniendo el parche donde no está el
agujero. En general, no tolerar y gestionar adecuadamente el malestar nos llevará al
desarrollo y mantenimiento de síntomas físicos que pueden no explicarse por una causa médica.

Si no procesamos adecuadamente nuestras emociones, se irán acumulando en nuestro interior y acabarán por desbordarnos. 

Si ignoramos las sensaciones del cuerpo, es muy posible que éste acabe por pedir ayuda desesperadamente a través del malestar físico.

Cuando no fluye el funcionamiento entre las percepciones del interior de nuestro cuerpo, las emociones y lo que pensamos sobre ellas, el equilibrio entre cuerpo y mente se rompe y con él , el equilibrio de muchos de nuestros sistemas.

Por ello, cuerpo y mente no se deben ver como algo separado, la mente tiene su origen en el cerebro y en todo el organismo y por tanto, puede intervenir sobre éste. Los factores emocionales influyen en nuestro sistema inmunitario (que son nuestras defensas) y esto puede hacernos más vulnerables a infecciones y demás enfermedades.

Si entendemos la gran influencia que tiene la gestión emocional en estos factores, lo podremos utilizar a nuestro favor. ¿Cómo? A través de disciplinas como la psicoterapia,el yoga o la meditación podemos contribuir positivamente para recuperar o proteger nuestro sistema inmune.

En general acercarnos al malestar y aprender a manejarlo nos ayudará no solo a llevar
mejor los problemas médicos y psicológicos sino también a mejorar nuestra calidad de vida.